Hoy paseándome por internet he dado con una página en la que
se hacía una fantástica recopilación de más de cien fotografías del holandés
Erwin Olaf. No le conocía, pero me han parecido unas imágenes muy impactantes.
La última serie era de mujeres sexagenarias
e incluso septuagenarias con poca (incluso ninguna) ropa, en actitud sexy, y me ha resultado muy interesante; me ha gustado
mucho.
Inmediatamente después de ver las fotos, he pasado a leer
los comentarios, y he llegado a uno que decía: “Las fotos de "grannies"
del final me han traumatizado un poco... por lo demás, bien.” Qué curioso, ¿Cómo puede “traumatizar” ver
estas fotos? Supongo que porque en nuestra sociedad suele estarnos vedada la visión de cuerpos “marchitos”; es como si todo lo que no sea
lozanía fuera… ¿vergonzoso?
He seguido leyendo los comentarios y he llegado a otro que expresaba un sentimiento muy diferente: “(...)Me gustan mucho todas las series,
pero esa y la de las abuelitas sexys (¡guapas!) me han encantado.” Por el
nick he visto que quien escribía ese enternecedor comentario era una mujer que las ha mirado con benevolencia; quizás, como yo, poniéndose en la piel
de esos cuerpos maduros, pensando que tendrá suerte si a la edad de estas
mujeres es capaz de habitarlos con tanta alegría y tanta dignidad.
Y me he acordado de un artículo que leí hace tiempo, en el que
una mujer musulmana decía que el burka de las mujeres occidentales es la
imposición que sufrimos de ser físicamente perfectas y eternamente jóvenes. Las
mujeres musulmanas, explicaba, acostumbran a ir a los hammams o baños árabes
desde su infancia; allí se juntan a diario mujeres de todas las edades, de
todas las formas, cómodas con su desnudez -porque tienen una concepción
de su cuerpo que probablemente desconocemos en nuestra sociedad. Y esta experiencia cotidiana, contaba, hace que vean con naturalidad cómo va a evolucionar su cuerpo a lo largo de los años; igual que la cara, igual que las manos… es ley
de vida, y se acepta sin aspavientos.
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(¿después del fotochop?)
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Qué bonito sería y qué sano que nosotras pudiéramos vivirlo un
poquito más de esa manera.