Me decía Alicia en un comentario hace dos o tres posts: “(...) me llevaría una decepción si algún día descubro que los del 4º no son truchas o que el vecino-poster se mueve” Pues querida prima, deja de leer si quieres ahorrarte el gran desengaño... porque efectivamente; El Poster, se mueve. Yo lo he visto.
Fui absolutamente consciente en el momento de los hechos de lo afortunada que era de haber presenciado –y por los pelos- aquel suceso único y -puestos a exagerar- delirante. Dejadme a continuación narraros los acontecimientos tal y como los viví.
Estaba Ray en casa. Nos hallábamos charlando distendidamente, cuando he aquí que quiso el cosmos con su ilimitada generosidad que en ese momento dejara a mi invitado desatendido para ir a coger algo a mi habitación. Y a continuación quiso el cosmos también ¡oh gran benefactor! que en el preciso instante previo al histórico suceso, yo mirara distraídamente por la ventana. Tuve apenas un milisegundo de ver al Póster en su posición habitual sentado delante de su ordenador, todo en su sitio, y.... ¡¡tremendo batacazo!! De repente le vi precipitarse al suelo con gran aspaviento, dejando las manos en alto en su fugaz caída, y la silla hecha pedazos bajo su nada desdeñable peso -y a su alrededor.
Tras un instante de perplejidad compartido –él y yo- él se incorporó trabajosa y torpemente hasta recuperar su verticalidad perdida. Y debo decir que eché de menos que mirara a su alrededor para comprobar si había testigos de su ridículo, como hacemos las personas cuando por ejemplo, damos un tropezón más o menos espectacular en la calle; pero claro, cómo podría él siquiera sospechar que alguien pudiera haber presenciado su risible accidente, estando en la intimidad de su habitación/mundo.
Huelga decir que tras un par de segundos de dar gracias al destino por regalarme tan jocunda escena, y de compartirla a gritos entusiasmados con Ray –que por no haberla visto con sus propios ojos, no supo apreciarla en su plena dimensión, dicho sea de paso- cogí mi cámara y retraté la escena del pobre Póster todo afanado remendando la silla para que le diera otras tantas horas de servicio. Desafortunadamente no sé dónde habré guardado esas fotos del Póster "en movimiento", porque no las encuentro por ningún lado -juro que sucedió- así que os tendréis que conformar con estas otras imágenes de él, que también tienen su incuestionable enjundia.
El veranito y la caló, ya se sabe... Yo hago lo mismo.