viernes, 29 de junio de 2012

Reciclando botellas de plástico

Este finde es el cumple de Ángela. Cuando quiero hacer algún regalo a mis amigos me suele gustar confeccionar algo para la ocasión, porque así pongo más de mí, más cariño, mi tiempo... no sé, me parece que tiene un valor más... "auténtico". El caso es que me puse a elucubrar qué podía regalarle y me acordé de algo que había visto en Internet que me gustó mucho -y que iréis descubriendo a medida os vaya contando su elaboración -a ver qué os parece.

Para la obra en cuestión necesité dos botellas de plástico -yo elegí unas de litro y medio en color verde- una cremallera, tijeras, hilo y aguja (que se me olvidó ponerlos en la foto).


En realidad lo que necesitaba era el culo de las botellas. Ahí es donde entran las tijeras -unas bastante fuertes y potentes. También se pueden utilizar, of course, otros utensilios cortantes, como cuchillo, cutter o símil.


En el culo de la botella, cosí la cremallera. Yo que no soy fan del dedal no tuve más remedio que usarlo, porque el plástico es algo duro de atravesar con la aguja.


Y bueno, después de coser un culo, cosí el otro culo al otro lado de la cremallera. Y ya está, ya lo tenemos terminado, ¡TACHAAAANNN!:

 Sencillo a la par que útil -para guardar joyas, para usarlo de costurero, de botiquín... ¡qué se yo!

Peero, como yo soy reciclanta de pro, me dije: "¿y el resto de las botellas? ¿lo tiro? ¡Ah, no! ¡de eso nada! Porque la parte superior del cuello con su tapón, se puede reciclar también para hacer...


¡Un cierre cuasi-hermético para bolsas! Introduzco las bolsas por el cuello, tapo ¡y listo!


Este invento yo lo veo sobre todo útil para llevar azúcar a las acampadas o cosas así. Pero si no acaba de convenceros la idea, aún hay otra cosa que podéis hacer cortando el cuello algo más cerca del tapón


 Cogemos el tapón de la otra botella y lo pegamos al otro lado del cuello...


¡Y ya tenemos otro pequeño recipiente! (muy popular para guardar... pequeñas porciones de chocolate, por ejemplo) 


Pero amigos, a continuación me pregunté: ¿Y qué tal quedaría un recipientito más pequeño confeccionado con botellas de medio litro? ¡Fantástico como monedero!


Además he aprendido una técnica mejor para coser la cremallera para que no se vea la costura! ¡Queda perfecto!

Y ahí  tengo un par de botellas de shandy Cruzcampo de medio litro de un color verde medio metalizado muy chulo que voy a desguazar y confeccionar con ellas otro monedero, a ver qué tal queda; el que más me guste se lo regalaré a Ángela. 

Luego voy a por otro en azul marino, con botellas de Solán de cabras... ¡¡Esto no ha hecho más que empezarrr!!

domingo, 24 de junio de 2012

Halos y parhelios

Lo vi el miércoles pasado cuando volvía de yoga a las once de la mañana. No sé qué fue lo que me hizo mirar hacia el sol, el caso es que lo hice y ahí estaba; un arcoíris al rededor del astro rey. En seguida pensé que se trataba de un fenómeno del que recientemente había leído: un arcoíris inverso, y decidí subir a casa, coger la cámara y bajar a hacerle unas fotitos.


Ya de vuelta en casa indagué sobre qué era aquello, y descubrí que no era un arcoíris inverso, sino un halo solar; "un fenómeno atmosférico causado por partículas de hielo en suspensión en la troposfera, que refractan la luz dando como resultado este colorido círculo alrededor del sol." Qué hacían las partículas de hielo en la troposfera en pleno mes de junio en Madrid lo desconozco, pero ahí tenían que estar, o la Wikipedia miente.



Lo que ya debe de ser un flipe es un tipo de halo solar sobre el que leí, denominado parhelio; también provocado por la presencia de partículas de hielo. En este caso al arcoíris circundante se le añaden unos "focos" de luz sobre el halo, a ambos lados del sol, dando en ocasiones la sensación de que hubiera más soles.


Por lo visto en los países fríos son relativamente frecuentes, ¡Me encantaría ver uno! ¡qué chulada!

martes, 19 de junio de 2012

You are the goldfish!

(¡Vosotros sois los peces de colores!)

Estábamos Guy y yo sentados en el suelo, con las piernas colgando en uno de los canales de Ámsterdam. Era un día soleado, y desde nuestra ociosidad mirábamos pasar distraídamente a la gente, las gaviotas, un barco de turistas de capota acristalada que se deslizaba lentamente sobre las aguas del canal…



Entonces nos dimos cuenta de que nos habíamos convertido en el blanco de las miradas de todos los turistas del barco. Al ser las únicas personas sentadas allí, nosotros que hasta ese momento habíamos ostentado el inequívoco rol de observadores, habíamos perdido nuestra "invisibilidad" y habíamos pasado a ser los observados. Guy, consciente de nuestro cambio de papeles protestó en voz alta dirigiéndose a los turistas con indignación: You are the goldfish, not us!”

Tengo vecinos nuevos. No vecinos de bloque, sino del bloque de enfrente, calle mediante, justo a la altura de mi casa y a no más de diez metros. El piso en cuestión pertenecía a una pareja gay (no confundir con mis vecinos de arriba -es que están por todas partes) que vivieron allí no más de tres, cuatro años. Que eran gays lo deduje por una sola vez que les vi abrazados, pero lo cierto es que tenían las cortinas echadas siempre, en invierno y en verano, y no salían casi nunca al balcón, con lo cual yo vivía bastante ajena a su existencia.

Luego quizás rompieron, porque dejaron de vivir allí y el piso estuvo vacío y en venta durante al menos tres o cuatro años, pero con los tiempos que corren, se ve que la venta se resistía y los balcones acabaron teniendo tantos carteles de “se vende” de tantos colores y diseños que aquello parecía Times Square. Hace unos meses desaparecieron los carteles, pintaron el salón de blanco (antes estaba amarillo) y empecé a ver los fines de semana lo que supuse eran inquilinos potenciales asomándose al balcón a ver la vista, para meterse de nuevo al rato, mirando a todas partes.

El viernes pasado me encontraba disfrutando “mi terracita” cuando vi a los nuevos vecinos, un chico y una chica jovencillos, de veintitantos; balcón abierto de par en par y ellos sentados en el suelo fumándose un pitillo, charlando. Confieso que sentí cierto fastidio, porque mi costumbre de tener las ventanas abiertas de par en par se veía comprometida si tenía unos vecinos enfrente haciendo lo mismo.


Por la noche, sentada a la fresca volví a sentir el mismo fastidio al ver a los vecinos con su balcón abierto, así que decidí apagar la luz de casa, de modo que con la persiana de caña echada yo podía verles pero ellos a mí no. Y fue entonces cuando lo pensé: “YOU are the goldfish!” Y voy a observaros YO a vosotros, y voy a entretenerme escuchando vuestras conversaciones, especulando sobre vuestras vidas; en definitiva... ¡os voy a convertir en personajes Cotidianos! ¡os bautizo como "Los Goldfish"! ¡vosotros os lo habéis buscado!… ¡¡¡MUAJAJAJAA….!!!

Para empezar y como presentación:
Ms Goldfish...

...& Mr Goldfish.

lunes, 18 de junio de 2012

Terracita interior

Tengo un nuevo rinconcito en mi salón; lo llamo mi terracita interior.

Antes tenía ahí mi escritorio; una mesa grande rectangular. La ventana estaba ocupada por una planta/palmera casi tan alta como yo que hacía prácticamente imposible abrirla del todo, lo cual era una pena  cuando llegaba el buen tiempo. 


Un día de primavera, mirando a ese rincón pensé que se imponía un cambio; "Ahí iría pintiparada una mesita redonda pequeñita que podría utilizar por las mañanas para desayunar al solete, para cenar por la noche con la fresca..." Pero me propuse un reto: tenía que conseguir el cambio gratis, o como mucho a "precio de crisis".

Primero recurrí a Nolotiro, donde conseguí una mesita de madera que no estaba mal, pero que era demasiado pequeñilla, 55cm de diámetro. La tuve unas semanas, contando con que quizás podría encontrarme una encimera redonda en la calle, que podría superponer –en la calle te puedes encontrar de todo, solo hay que estar alerta. Pero antes de que esto sucediera llegó a mí una fantástica mesita de jardín de la mano de mis padres y su habilidad para encontrar gangas (oportunidades en IKEA, 15€ y desmontable, para qué quiero más)

Como la mesa es de chapa pintada en negro y resulta un poco fría, le coloqué un alegre mantel o "falda"; una tela que compré hace unos años también en IKEA para usar de cuadro/cabecero en mi habitación, y que tenía guardada en la caja de los retales -así que gratis también.


Una vez conseguida la mesa decidí cambiar también el cuadro de mi "terracita" por algo más veraniego y jardinesco. En principio pensé que le iría bien una foto de una pared blanca cubierta de macetas de geranios, en plan patio andaluz; para imprimirla contaba con los recursos del curro de JC, que lo hacía todo más fácil... y gratis (¡gracias JC!)

Después de imprimir varias pruebas, los resultados no acababan de ser satisfactorios –las fotos quedaban demasiado oscuras, o muy pixeladas…- así que decidí tirar de las mías propias, decantándome por una de nenúfares que hice en la rosaleda de El Retiro hace un par de semanas y que me trae recuerdos de una tarde muy agradable.

Y ya no cuento más; después de tanta charla se impone presentar las imágenes. Con todos ustedes... ¡el antes/después! ¡Juzguen por ustedes mismos!


Y el "después" en todo su esplendor, ¿no queda agradable?


Huelga decir que estoy muy satisfecha con el resultado; aún me sorprende cómo se pueden crear “nuevos espacios” que habitar en una casa en la que llevo viviendo ya ¡doce años! Por ahora le estoy sacando mucho provecho a mi "terracita interior"… en otro post os narro un uso con el que no contaba y que promete convertirse en fuente de entretenimiento veraniego.