Algunas cosas cambian, otras permanecen...
Ayer recibí una de las ya legendarias llamadas que mi vecino
Jorge lleva haciéndome durante los últimos seis o siete años con propósito
indefinido.
Siempre es una sorpresa cuando contesto el teléfono y oigo su voz, porque no tengo su número metido en la memoria; lo borré hace ya tiempo. Cada vez que sonaba el teléfono y veía su nombre en la pantallita pensaba: “Buf, no, qué poquitas ganas” y no lo cogía. Entonces Jorge volvía a llamar al día siguiente, y obviamente volvía a no apetecerme, y entonces llamaba otra vez a los dos días... hasta que en una de esas se lo cogía en plan “hala, voy a pasar el mal ratito lo antes posible, y quitármelo de encima ya”. Al final se convertía en más de lo que era, así que decidí quitar el número de la memoria y apechugar cuando tocara, como una valiente.
Como iba diciendo, ayer tocó llamada. Estaba en casita por la mañana, tomándome mi té cuando sonó el teléfono. Al cogerlo, oí la voz de Joge:
Siempre es una sorpresa cuando contesto el teléfono y oigo su voz, porque no tengo su número metido en la memoria; lo borré hace ya tiempo. Cada vez que sonaba el teléfono y veía su nombre en la pantallita pensaba: “Buf, no, qué poquitas ganas” y no lo cogía. Entonces Jorge volvía a llamar al día siguiente, y obviamente volvía a no apetecerme, y entonces llamaba otra vez a los dos días... hasta que en una de esas se lo cogía en plan “hala, voy a pasar el mal ratito lo antes posible, y quitármelo de encima ya”. Al final se convertía en más de lo que era, así que decidí quitar el número de la memoria y apechugar cuando tocara, como una valiente.
Como iba diciendo, ayer tocó llamada. Estaba en casita por la mañana, tomándome mi té cuando sonó el teléfono. Al cogerlo, oí la voz de Joge:
- Hola, buenas noches, ¿Cómo estás?
- ¿”Buenas noches” Jorge? Anda que...
- ¡Ay, buenos días! Jajaja... es que esta mañana me ha
llamado un amigo para desayunar a las siete y media de la mañana... y ya me he descolocado.
¿? ¿Y qué eplicación es esa? ¿Qué te has desayunado?, ¿un par de
sol y sombras o qué? En fin. Siguiendo el guión usual me pasó su cuestionario;
que si Flecha, que si mis padres, que si la bici, luego se cebó con el tema de mi tos (este verano he estado fumando, y la maldita ha
vuelto. A ver si desaparece pronto que ya lo dejé hace un par de semanas.)
luego siguió con el de las vacaciones... y en medio de todo ello, no recuerdo bien como, me
dijo algo así como “Sí, Sara, porque...” ¿Cómo que Sara? –pensé. Bueno, se le
habrá pirao. La conversación llegó por fin a la parte final en la que me toca preguntar a mí también algo para que sea un poco equilibrada la cosa, y una vez concluido todo el guión, la despedida:
“Bueno Sara, que tengas un buen día.”
Joder Jorge; no sé si preocuparme por tu salud mental, que sabemos que
anda algo maltrecha... o empezar a ponerme celosa.