domingo, 29 de abril de 2012

Glove love

(Para los que no saben inglés, glove: guante)

Hasta que no entré a formar parte de ella no se me había pasado por la cabeza que pudiera existir una suerte de comunidad oculta de glove lovers –o más bien orphan glove lovers. Ahora me hace gracia pensar que me creía muy emprendedora con mi pequeño proyecto de recoger todos los guantes huérfanos que me encontrara abandonados en la calle… no soy la primera, y mi proyectito es nimio en comparación con lo que me he encontrado por la Internete; como muestra, estos botones:

Lo más parecido a mi proyecto con lo que me he topado han sido blogs de algunas personas que mucho antes que yo ya recorrían las calles invernales retratando guantes extraviados; por ejemplo este en Ámsterdam, y esta en Inglaterra.

También he sabido de un café en Berlín en el que exhiben en una pared guantes encontrados; si vas con el segundo guante de la pareja, recuperas tu guante perdido -ahí, propiciando el reencuentro, ¡qué idea más chula!


Una glove lover canadiense, Karina Bergmans, ha confeccionado una montaña de guantes perdidos; The Lost Mitten Mountain, que exhibe este año en Confederation Park, Ottawa, como parte de la exposición "Winterlude". Paralelo al proyecto hay un pequeño concurso consistente en adivinar de cuántos guantes está compuesta la montaña.


La mayor de mis sorpresas; un proyecto maravilloso de The green thing, una organización inglesa, en que recogen guantes huérfanos de cines, teatros, metro, objetos perdidos etc, los emparejan como buenamente pueden –talla, material y modelo coinciden más o menos, pero los colores suelen ser muy dispares- y los venden online por 5 pauns. Lo único que no me gusta de haberme enterado de este proyecto es que los muy fijotas se han copiado del nombre que a mí se me ocurrió para "mi afición"; glove love -aunque su proyecto sea de 2009.

Si decides comprarte un par sabrás de la procedencia de cada uno de ellos, ya que llevan colgando del dedo una tarjeta con la información sobre dónde y cuándo fueron rescatados. También llevan una etiqueta "unificadora" en el puño para dar en las narices a los listillos que te digan: "Aaah, llevas guantes difereenteees", y tú les puedas decir: "Noo, miiraa, es de lo miismoo"

Total, que como ellos se han copiado de mi nombre (sí, ya sé...) yo me siento en el derecho de copiarme un poco de lo de las etiquetas, y les he puesto una a la pareja funcional que conseguí unir al final de mi proyecto.

Solo que la idea de mi etiqueta es más guay.

lunes, 23 de abril de 2012

Encuesta; resultados finales

Aquí, clausurando proyectos; en anterior post daba por finiquitado el proyecto guante (aunque os aviso desde ya que habrá secuela próximamente) y en el que hoy nos ocupa, os presento y dejo registrados para la posteridad los resultados finales de la encuesta que os propuse el pasado mes de marzo en este post, y que colgué en la columna derecha del blog para que pudierais contestar fácil y anónimamente.  


La participación ha sido modesta pero suficientemente satisfactoria, con un máximo de 21 respuestas en los ítems 1 al 3, y un mínimo de 14 en el ítem número 8: "¿Alguna vez te secas después de hacer pis?" dirigido exclusivamente a los cromosomas XY. Y yo me pregunto, ¿Será por decoro que los chichos han sido reticentes a la hora de contestarla? ¿o quizás no han visto su respuesta reflejada en ninguna de las opciones? Lo desconozco. Lo que sí sé es que algunos asiduos lectores de Cotidianas confesaron en los comentarios no secarse esa última gotita -alguno hasta se autodenominó cerdosexual por ello- pero no se acabaron de animar a reflejar sus respuesta en la opción c: "No, a quién importa una gotilla de ná". Allá ellos y sus circunstancias.

Por seguir comentando los resultados, diré que me hallo satisfecha de haber visto refrendada por el "referendum popular", mi opinión de que las especias no caducan, ya que el/la más radical de las 21 personas que han respondido a esta pregunta piensa que caducan al año, y un 61% piensa que no lo hacen nunca. Os sugeriría la siguiente experiencia; mirad cuándo caducan vuestras especias, a ver a) cuántas hay no caducadas -seguro que son las menos- y b) cuándo caducó la más caduca (valga la redundancia). La mía más veterana es el pimentón picante que caducó en 2004, pero ya queda tan poco que hasta lo tengo en la lista de la compra.

Respecto a la pregunta número 5, ¿A veces te huele el pis a crispis después de tomar café?", a pesar de que solo cuatro personas han contestado afirmativamente, me complace ver que no soy la única que lo ha notado. Además, os diré que una de las personas con quienes comenté este fenómeno y me contestó negativamente, a los pocos días me vino y me dijo: "¿te acuerdas de aquello que me preguntaste...? Pues sí." Es decir, que quizás ahora que ya estáis sobre aviso, lo percibáis algún día. Y os acordaréis de mí.

¡Hasta la proxima encuesta, amiguitos!

sábado, 21 de abril de 2012

Proyecto guante; finalización

El proyecto guante nació el seis de diciembre de 2011 con la intención de averiguar cuántos guantes podría encontrar extraviados a lo largo de la temporada de frío; finalizó el once de marzo de 2012, día en que encontré el último guante del invierno. En esos tres meses y cinco días recogí la nada desdeñable cifra de 28 guantes -ahí es ná.

Muchas fueron las incógnitas antes de comenzar el proyecto; incógnitas cuyas provisionales respuestas ya fui desvelando a mitad de ciclo, y cuyas respuestas definitivas estoy en disposición de publicar a fecha de hoy.

Segunda tanda de guantes
Segunda guantada
¿Qué colores me encontraré? ¿Serán negros en su mayoría?
Aunque en la “primera evaluación” parecía que el porcentaje de guantes negros sería de más de un 50%, en la segunda tanda, de diez guantes tan sólo 3 lo han sido, de modo que en total, han sido negros 12 de 28; un 42% Además hay cinco azules, cuatro grises, dos marrones, dos verdes musgo, uno morado, uno rojo y uno aguamarina –el primero.

¿De qué materiales?
5 de cuero, 16 de lana (o símil), 4 de forro polar, y 3 de otros materiales. Gana la lana, con un 57%

¿Encontraré alguno de niño pequeño?
Aunque en la primera temporada no encontré ninguno, en la segunda pude añadir, satisfecha, ese trofeo a mi colección.

¿Alguna manopla, quizás?
Síp; el guante de niño era además manopla, así que taché dos casillas de un guantazo.
El más grande y el más pequeño
¿Algún mitón?
Bueeeno, técnicamente nooo, perooo… el guante más grande de los que me encontré, el que véis más arriba -que de hecho fue también el último- es de marca Mito… así quee, digo yo que eso debería contar como "mitón"… ¿no?

¿Serán mayoritariamente guantes derechos o izquierdos?
Diez guantes derechos, once izquierdos y seis ambidiestros. Muy igualada la cosa, por lo que se puede concluir que no hay diferencias significativas.

¿Encontraré tal vez dos guantes solitarios que puedan formar una pareja funcional?
Me vais a permitir un pequeño rodeo antes de contestar esta última pregunta. Ahí voy.

Durante mi proyecto de recolección de guantes extraviados hubo varias personas que se ofrecieron como colaboradores, preguntándome si aceptaba aportaciones externas. No tuve más remedio que declinar su amable ofrecimiento, ya que el proyecto tal y como lo presenté en su día -“¿cuántos guantes puedo llegar a ver tirados en el suelo en los largos meses que dura el frío (...)?”- era incompatible con la figura del colaborador. JC encontró, sin embargo, la manera de esquivar esta restricción, dejando tirado en el suelo de mi cocina un guante que yo me encontré a la mañana siguiente.

He sido hasta aquí estricta con mi planteamiento primigenio, y en esos 28 guantes no está contabilizado aquel guante que JC dejó en mi casa un día ya de primavera. Pero ahora me gustaría ser flexible e incluirlo en mi proyecto, ya que sin él no podría completar mi misión de formar una pareja.

Veréis que se trata de una pareja satisfactoria, con muchas más cosas en común que diferencias -las cuales son prácticamente desdeñables. ¿Y en qué pareja hay un 100% de coincidencias? En las aburridas, digo yo, así que ahí queda eso.

Y ahora sí, para dar totalmente por concluído el proyecto, pido vuestra inestimable colaboración... ¿¿qué se os ocurre que podría hacer con tanto guante desparejado?? A ver esas mentes creativas...

miércoles, 18 de abril de 2012

Mi barrio no se calla

En mi barrio las paredes no se callan; hablan a gritos. Porque ya estamos hartos, porque nos damos cuenta de que esta crisis es una estafa y un pretexto.
Nos damos cuenta de que unos y otros ignoran el bien de los ciudadanos,
y favorecen una y otra vez a quienes tienen el dinero. Es descorazonador.
Por si eso fuera poco, cuando salimos a las calles a manifestarnos pacíficamente, a gritar a nuestros políticos que no vamos a tolerar los atropellos, las injusticias y los robos que cometen contra nosotros, nos lanzan sus fuerzas de seguridad para callar nuestras quejas a golpe de porra. Por eso (y por algunas otras razones) en mi barrio a la policía no se la tiene en muy alta estima.
¿A quién puede sorprender la inquina que sentimos hacia el gobierno y sus perros de presa?
Debe de ser que nos empiezan a temer; cada vez somos más y con más razones, así que ahora hasta nos quieren quitar el derecho a manifestarnos y a resistirnos pacíficamente, afirmando que "resistirse no es pacífico", que "lo pacífico es que te levantes y te vayas" y que la violencia ejercida por la policía es "legal" porque "la policía siempre gana" (sic). 

Pero en mi barrio no vamos a dejar de luchar, sabemos lo que es la desobediencia civil
Y aunque la lucha es y será dura...
aún nos queda esperanza.
Así que, políticos corruptos, hacednos un favor;
......................................!  (rellenar la línea de puntos)

martes, 17 de abril de 2012

Calladitos


¿Os acordáis de aquel cartel que presidía las salas de espera de los ambulatorios españoles de los setenta; aquella enfermera con el dedo en los labios, pidiendo silencio? Pues no sé si será porque lo retro se lleva, o porque el desagradable regustillo de aquellos tiempos pre-democráticos está volviendo, pero las paredes de mi barrio se están llenando de enfermeras pidiéndonos que tengamos la boca cerrada, que calladitos estamos más monos.

Las hay de todos los tamaños; pequeñas,

grandes,
y medianas

Y como véis, las hay de las más variadas técnicas; pegatina, stencil, póster, pintura al ácido...


Incluso hay una que parece de chapa, pero no alcanzo a verla bien, porque está muy alta.


 Y no sé si todas serán del mismo autor, o si cada una la habrá hecho alguien diferente siguiendo su libre albedrío, pero yo más bien me decanto por esta última opción; son todas demasiado distintas. Incluso hay una "versión B" en la que la enfermera en vez de pedir silencio, hace pompas de jabón.


  



 Y ya por último está la "versión C", menos festiva que la de las pompas, y bastante más contundente que la del dedito en los labios -esta no se anda con chiquitas, y lo de "por favor" directamente suena a amenaza.


 ¿Conseguirá la retro-enfermera callar las paredes de mi barrio? Lo desvelaremos en el próximo post... aunque seguro que ya sabéis la respuesta.

viernes, 6 de abril de 2012

Comentario extendido

Pcpp dijo...
Laurita escribe algo para la Semana Santa porfa!
5 de abril de 2012 11:48

Laura dijo...
Pcpp, hoy post no ha podido ser, pero te cuento una excusa buena como sustituto: Esta mañana he leído tu comentario y he decidido escribir una de las ideas que tengo rondando, pero cuando estaba tomándome el café de después de comer... ¡¡¡horroorrrr!!! Se me ha caído tó sobre el teclado del portatil.

Inmediatamente lo he puesto a escurrir boca abajo, lo he limpiado rauda con papel higiénico para absorver lo que hubiera podido meterse por los instersticios, incluso he llegado a sacarle algunas teclas para secarlo mejor -pero nada; se encendía, pero el teclado no respondía.

Luego he probado poniéndole arroz que absorviera la humedad, le he pasado el secador de pelo -probando a encenderlo en varias ocasiones entre medias, claro. Y nones. Total, que tras mucho intento, cuando ya empezaba a intentar asimilar la tragedia, a las once de la noche se ha rendido el bastardo por fin al suave tacto de mis dedos. Y aquí estoy; peeero a estas horas -después de un día de limpieza de primavera, muy, muy intenso- como que esta excusa es lo único que soy capaz de parir.

Bueno mira, me puedo estirar y contarte someramente mis últimos avances con Ignatia, que sé que eres superfán. A ver, ¿qué dirías tú que suele leer Ignatia? Seguro que tienes alguna idea, ¿no? Pues a ver si te sorprende. Fíjate en el libro, ¿ves que va en columnas? ¿qué libro se te ocurre que va en columnas?


La semana pasada nada más escribir el post anterior pasé por su lado con la excusa de cruzar por el paso de cebra (no bajé ex profeso a espiarla) pero lo hice muy despacito para cotillear qué leía, y pude leer en la esquinita de la página, que decía: "salmos". Ignatia se baja a la calle a sentarse en un bolardo habiendo bancos veinte metros más allá, para leer salmos -una parte de El Antiguo Testamento. Igual lo hace para leer incómoda; no ahí en el confort de su sofá, que a lo mejor hasta se queda sopa del aburrimiento. Como la meditación sentado, para no sobarse -con lo a gustico que se está tumbao.

Hala, mira tú, como al final veía que se me hacía largo el comentario he aprovechado el tirón, y digo yo que da el pego como post. Ahí lo cuelo.
6 de abril de 2012 00:37