Quizás esté haciendo funambulismos sobre la delgada línea que divide lo publicable en este blog, de lo que debería circunscribirse a la esfera de las reuniones íntimas, pero… esto no me pasó a mí, sino a una amiga. Y creo que… me lo ha pasado por escrito, así que aunque esté en primera persona, es porque lo escribió mi amiga y yo sólo lo publico. Como lo de Cari. Por lo tanto declino toda responsabilidad sobre lo que viene a continuación.
“Cuando fumo chismes me sucede un fenómeno muy peculiar, y es que puedo estar mucho tiempo sin ir al baño, pero cuando por fin voy, estoy desalojando líquido durante lo que me parece una eternidad. Con una mente científica e inquisitiva como la mía, este tema me ha intrigado durante mucho tiempo, ya que según yo lo veo, existen tres hipótesis:
H1: Solo me parece que estoy más tiempo haciendo pis, debido a la distorsión de la percepción del tiempo causada por el cannabis.
H2: El tiempo durante el que hago pis es mayor, pero el volumen de líquido desalojado es el mismo. Esto se puede deber a que por alguna razón el pis sale más despacio.
H3: En efecto hay un mayor volumen de líquido.
Cuando he compartido mi intriga con algunos allegados, estos han confesado haber observado también el Fenómeno de los Pises Eternos (FPE) tras el consumo de cannabis, y han compartido mis dudas respecto a las posibles explicaciones, no decantándose con seguridad por ninguna de las hipótesis expuestas arriba. Decidí entonces un día ponerme manos a la obra para dilucidar la verdad sobre este importante dilema.
En primer lugar había que medir el tiempo de micción (TM) en circunstancias normales, y tras el consumo de chismes. Varias personas de mi entorno se dejaron convencer encantadas de colaborar en mi investigación, cronometrando sus TM; los resultados revelaron diferencias significativas, ya que el TM sin consumo rondaba los 15-20 segundos, y tras el consumo oscilaba entre los 25-45 segundos. Quedaba así descartada la primera hipótesis.
Para contrastar la segunda hipótesis, sólo había una respuesta: medir el volumen de micción (VM) Este asunto resultaba mucho más aparatoso, y durante muchos meses fue solo un proyecto en mi mente, esperando ver la luz.
El año pasado, una noche en que mi hermano M. y yo estábamos en casa compartiendo unos chismines, decidí sacar a colación el FPE y mis investigaciones en curso, para conocer su opinión al respecto. He de decir que me sorprendió su genuino interés por el tema -supongo que no en vano somos hermanos- y cómo se animó de buen grado a especular sobre las cifras entre las que podría oscilar el VM. Después de un rato de especulaciones y con su sonrisa divertida siguiendo mis movimientos, cogí una botella de agua mineral, le corté la parte superior y me metí en el baño dispuesta a conseguir mi primera medida de VM.
Como la botella era color azul oscuro, me dio menos pudor enseñarle la muestra recogida al salir del baño. Su volumen era bastante menor de lo que yo había imaginado: no llegaba ni a la mitad de la botella. “Eso serán unos 300 ml, diría yo” –comentó mi hermano. Cuando me disponía a deshacerme de la muestra, me detuvo: “Espera, espera: hazle una marca antes, y así lo llenamos de agua y la medimos con una jarra de medir, ¿tienes una?” ¡Claro que tenía una! El resultado fueron unos tristes 350ml de VM, cuando yo había imaginado algo más cercano al litro. Bueno, quizás entonces la hipótesis vencedora era la que afirmaba que el pis era desalojado más lentamente, dando así la sensación de que había mayor volumen. Me sentí absurdamente decepcionada.
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Hacía mucho que no veía a H. Ayer estuvimos en El Retiro viendo la puesta de sol desde el césped de la orilla del estanque, amenizando el momento… efectivamente, con unos chismines. En cuanto el sol se hubo puesto empezó a refrescar y decidimos irnos, pero de repente me di cuenta de que antes tenía que pasar urgentemente por el baño. Nos acercamos a los baños públicos, pero ¡Oh fatalidad! ya estaban cerrados. “¡Noooo...! –pensé con preocupación- ¡Esto va a ser un sufrimiento hasta llegar a casa!” Mientras conducía mi bici hacia la salida me planteé parar entre algunos discretos matorrales, pero siendo viernes, El Retiro estaba demasiado transitado para un pis furtivo. Estimé que no tardaría más de diez, quince minutos en llegar a casa, y si veía que no aguantaba, siempre podría parar en un bar de camino.
No sé de dónde saqué la lucidez para pensar en el FPE antes de meterme corriendo al baño al llegar a casa, ni en cómo conseguí aguantar mientras le cortaba la parte superior a una botella de agua mineral de un litro con el pulso casi temblándome con las prisas; el caso es que lo hice. Y mientras recogía la muestra, se me iba dibujando una sonrisa de satisfacción cada vez más grande, porque pasaba la línea media y seguía, y seguía… No quiero sonar ufana, pero alcancé sin dificultad un VM ¡de 900ml.!
Con qué complacencia miraba la muestra, pensando que todo aquel volumen estaba un minuto antes dentro de mí; haciéndome consciente de la asombrosa capacidad de mi vejiga.
Y aunque estrictamente hablando aún no tengo suficientes datos para corroborar la tercera hipótesis… he decidido que bien puedo dar aquí por concluida mi investigación."