lunes, 26 de noviembre de 2007

El arte de vivir

Estos son algunos extractos del libro de Ramiro Calle que acabo de leerme; consiste basicamente en cuentos muy breves de origen diverso, comentados luego por él. Si estáis en vena, es muy recomendable. (Tú Dani, conociéndote, y por lo que he visto en tu comentario de "Coprolalia", no hace falta que leas el resto de esta entrada, porque no creo que sea lo tuyo... XD)

El apego a opiniones, los prejuicios, la atención negligente y la apatía oscurecen el entendimiento. El trabajo de la consciencia consiste en ir eliminando los oscurecimientos mentales e ir intensificando la luz de la consciencia y la transparencia del discernimiento.

 
Ni siquiera a la acción más entrañable hay que tenerle apego o aferramiento. “Haced como si no hicierais”, dicen los maestros; estad en la acción, pero sin reacción; entregaos a la acción del momento, con la mente alerta, y si laváis los platos, laváis los platos, y si camináis, camináis, pero no os angustiéis, no os dejéis arrastrar por el pasado ni por el futuro. Si estáis viajando y cuando os encontráis en una ciudad, ya pensáis en la próxima, ni estáis en la ciudad del presente ni nunca estaréis tampoco en la próxima cuando a ella lleguéis. (…) No os obsesionéis por los resultados y renunciad mentalmente a los mismos, que ya vendrán por añadidura, pero no antes por mucho que os angustiéis.

(...) Es inútil y muy poco saludable enervarse y atormentarse queriendo que lo que no puede ser de otra manera lo sea. La persona que actúa así vive oponiendo una resistencia innecesaria que termina por quebrarla prsíquicamente, pues no hay ninguna posibilidad de reparar lo irreparable o modificar lo que no puede sr cambiado. Ello debe ser aceptado consciente, lúcida, paciente y sosegadamente.

3 comentarios:

  1. Lo siento Laura, no he podido evitar leerlo, y solo dire... CAAAAAAARPE DIEEEEEEEM!!! uys! que se me pira el chacra...

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  2. Filosofal e inteligente forma de tomarse la vida, si es que conseguimos realmente desapegarnos de todo a lo que nos aferramos. Indudablemente somos humanos y es difícil a veces sortear los instintos y las emociones, incontrolables casi en esencia. Pero la filosofía que le demos a la vida nos servirá de mucho, sin duda, y ésta que planteas es gran filosofía, muy vinculada a la tópica "karpe diem" de disfrutar el momento y dejar de lado los malos rollos. Esto, según mi experiencia, siempre ha dado buenos resultados. Aunque también el hombre vive de ilusiones, de imaginación, de proyectos, siempre elucubrando, eso es parte de la naturaleza humana también. Desde luego que somos complejos, más de lo que parece. Un saludo desde tu blog vecino.

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