Seguro que a más de uno os ha pasado; tenéis una visión de un negocio revolucionario, o de un inventillo modesto pero ingenioso que podría hacer una actividad cotidiana mucho más fácil… y un buen día os enteráis de que “vuestro producto” ha aparecido en el mercado sin vuestra intervención; “¡¡¡Eso se me había ocurrido a mí!!! Tenía que haberlo patentado, me cago’en… ¡Y ahora ese cabrón se va a forrar!” O se empieza a llevar algo que tú llevas años poniéndote “¡Yo me lo ponía muchísimo antes de que estuviera de moda, te lo juro! ¡Y no veas lo difícil que era encontrarlo!” Y te sientes irracionalmente estafado. Y algo resentido pensando que tal vez los demás no te crean. Y un poco triunfalista también; a fin de cuentas es “tu invento”.
Con eso de los pantalones de cintura baja cada vez se ven más habitualmente imágenes como la de la foto. Yo de primeras pienso “¿Pero no se da cuenta la tía? No puede ser…” Y no sé si se dará cuenta o no, pero a fuerza de verse ha dejado de provocarnos esa gamberra sonrisa interior. Casi.
Y a mí… me ha dado por pensar que es cuestión de tiempo que algunas tías lo empiecen a hacer adrede y que se empiece a considerar sexy, y guay, y cool y todo eso… si es que no está pasando ya. El verano pasado en Ámsterdam de hecho vi a un tío que llevaba unos vaqueros diseñados de tal modo que enmarcaban el comienzo de la rajilla en una especie de ventanita horizontal debajo de la cintura. Bien es cierto que el tío era gay, y a estos les van los diseños arriesgados, pero pensé… “¿Ves? Lo sabía, ya empieza…”
Tal vez la moda aún tarde en llegar a la población hetero, y entonces no sé, a lo mejor hasta me subo al carro para celebrarlo. Lo que sí sé es que si sucede, seguramente suelte ufana: “Já, eso ya lo veía yo venir; hasta escribí sobre ello en mi blog...”
Con eso de los pantalones de cintura baja cada vez se ven más habitualmente imágenes como la de la foto. Yo de primeras pienso “¿Pero no se da cuenta la tía? No puede ser…” Y no sé si se dará cuenta o no, pero a fuerza de verse ha dejado de provocarnos esa gamberra sonrisa interior. Casi.
Y a mí… me ha dado por pensar que es cuestión de tiempo que algunas tías lo empiecen a hacer adrede y que se empiece a considerar sexy, y guay, y cool y todo eso… si es que no está pasando ya. El verano pasado en Ámsterdam de hecho vi a un tío que llevaba unos vaqueros diseñados de tal modo que enmarcaban el comienzo de la rajilla en una especie de ventanita horizontal debajo de la cintura. Bien es cierto que el tío era gay, y a estos les van los diseños arriesgados, pero pensé… “¿Ves? Lo sabía, ya empieza…”
Tal vez la moda aún tarde en llegar a la población hetero, y entonces no sé, a lo mejor hasta me subo al carro para celebrarlo. Lo que sí sé es que si sucede, seguramente suelte ufana: “Já, eso ya lo veía yo venir; hasta escribí sobre ello en mi blog...”
Hombre, esto de ir "enseñando la huchita" viene siendo moda desde la noche de los tiempos, si bien una moda más bien dispersa. Ahora bien, nunca lo habría considerado algo revolucionario, aunque sí obrero.
ResponderEliminarobrero de mecánico de coches, más que nada...de plomero también. La moda empezó en las playas de brasil, y es netamente hetero
ResponderEliminar“Já, eso ya lo veía yo venir; hasta escribí sobre ello en mi blog...”
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