El viernes recibí una llamada de mi abogada: “Tengo dos noticias; una buena y una mala. La buena es que nos han dado la razón en que entregamos la documentación dentro de plazo. La mala, que han desestimado el caso, y ya no hay nada que hacer.”
Pues vaya mierda de forma de dar una pésima noticia; como si la entradilla de la buena noticia fuera a aligerar el drama. Es como uno de esos chistes malos; Bin Laden llama a Bush: “Tengo una noticia buena y otra mala. La buena es que voy a entregarme; la mala que voy en avión.”
Hace cuatro años iba circulando con la bici por la acera de Ribera de curtidores y me rompí el codo al caerme en un alcorque sin árbol que no vi. Me tuvieron que operar y estuve seis meses de baja. Demandé al ayuntamiento por 14.000€, de los cuales esperaba sacar al menos cinco mil –parece que hay una ordenanza municipal en Madrid que prohíbe a las bicicletas circular por la acera, y mi abogada me dijo que se consideraría como “culpa compartida”, y probablemente me dieran como la mitad. Pero parece que las arcas están vacías y han decidido desestimar la demanda, alegando que según las fotos se veía bien el agujero, y no necesitaba señalizarse. O sea, que me están llamando mentirosa o gilipollas, porque el hecho es que yo no lo vi y me hostié. Y ya no se puede recurrir, porque ya se han encargado ellos de hacerme agotar todas mis bazas por el camino. Hijosdeputa.
Todos estos años he fantaseado sobre qué haría con la pasta cuando me la dieran –viajecitos, fundamentalmente- mientras vencía los innumerables obstáculos que el ayuntamiento me iba poniendo, viendo el glorioso momento cada día más cerca… hasta el viernes, en que mis ilusiones se derrumbaron como las torres gemelas. Cuando me acuerdo procuro olvidarme de que ya no hay esperanza, porque vivir sin esperanza es mucho peor que esperar. Tendré que ganarme la pasta para los viajes con el sudor de mi frente…
En fin… que tan convencida estaba de que iba a salir victoriosa, que hasta había pensado en el post que escribiría cuando así fuera, en el que incluiría el relato que parí en su día sobre el accidente –relato que comencé escribiendo con la mano izquierda únicamente, porque el brazo derecho lo tenía en cabestrillo. Y bueno, la vida continúa, e intento seguir viviéndola lo más inalterada posible, así que ahí va la historieta, eniguei. Que no me jodan el proyecto –del todo.

Pues vaya mierda de forma de dar una pésima noticia; como si la entradilla de la buena noticia fuera a aligerar el drama. Es como uno de esos chistes malos; Bin Laden llama a Bush: “Tengo una noticia buena y otra mala. La buena es que voy a entregarme; la mala que voy en avión.”
Hace cuatro años iba circulando con la bici por la acera de Ribera de curtidores y me rompí el codo al caerme en un alcorque sin árbol que no vi. Me tuvieron que operar y estuve seis meses de baja. Demandé al ayuntamiento por 14.000€, de los cuales esperaba sacar al menos cinco mil –parece que hay una ordenanza municipal en Madrid que prohíbe a las bicicletas circular por la acera, y mi abogada me dijo que se consideraría como “culpa compartida”, y probablemente me dieran como la mitad. Pero parece que las arcas están vacías y han decidido desestimar la demanda, alegando que según las fotos se veía bien el agujero, y no necesitaba señalizarse. O sea, que me están llamando mentirosa o gilipollas, porque el hecho es que yo no lo vi y me hostié. Y ya no se puede recurrir, porque ya se han encargado ellos de hacerme agotar todas mis bazas por el camino. Hijosdeputa.
Todos estos años he fantaseado sobre qué haría con la pasta cuando me la dieran –viajecitos, fundamentalmente- mientras vencía los innumerables obstáculos que el ayuntamiento me iba poniendo, viendo el glorioso momento cada día más cerca… hasta el viernes, en que mis ilusiones se derrumbaron como las torres gemelas. Cuando me acuerdo procuro olvidarme de que ya no hay esperanza, porque vivir sin esperanza es mucho peor que esperar. Tendré que ganarme la pasta para los viajes con el sudor de mi frente…
En fin… que tan convencida estaba de que iba a salir victoriosa, que hasta había pensado en el post que escribiría cuando así fuera, en el que incluiría el relato que parí en su día sobre el accidente –relato que comencé escribiendo con la mano izquierda únicamente, porque el brazo derecho lo tenía en cabestrillo. Y bueno, la vida continúa, e intento seguir viviéndola lo más inalterada posible, así que ahí va la historieta, eniguei. Que no me jodan el proyecto –del todo.
