jueves, 24 de enero de 2008

Saludos

Lo reconozco, siempre he tenido un lado huraño. Mi madre me lo reprocha a menudo, me dice que tengo que saludar a la gente; a los vecinos que me cruzo por la calle en el barrio de mis padres, a algunos antiguos “amigos de la pandilla” que me encuentro por allí… pero me hago la longui; miro para otro lado. Y cuando ya he logrado pasar desapercibida me pregunto, ¿Y qué me costaría decir un “hola” mientras esbozo una cordial sonrisa? Cuando lo hago no se me da mal, resulto convincente; hasta me convenzo a mí misma, en serio. ¡¿Entonces?!

Por esta razón hace un tiempo llegué a proponerme ser más afable, con el leitmotiv: Ante la duda, saluda -Sí, no me lo he inventado para el blog, aunque escrito resulta bastante más patético-. Pero con leitmotiv y con todo, la cosa no es tan fácil, porque los límites no están definidos. Los límites de cuándo hay que saludar y cuándo no.

Dilema 1.

Debajo de mi casa hay una tienda de ropa de segunda mano. Su dueña es Mabel, una tía de cuarenta y tantos con el carácter podrido, que siempre está haciendo guardia en la puerta. En fin, que yo le saludo; hasta le sonrío un poco, pero cuando está su novio con ella sólo responde él. Yo sé que tengo que seguir saludando porque es vecina, y lo hago. Pero mi dilema es el siguiente ¿Cuántas veces en un día tengo que saludarla? Si paso por ahí más de una vez supongo que la segunda ya no hace falta, ¿no? Pero mientras estoy sujetando la bici, buscando las llaves en el bolso y ella está a menos de dos metros de mí me da la sensación de que ignorar su presencia también es un poco raro.

Dilema 2

En los ascensores no tengo problema, saludo y ya está; lo tengo claro. Bueno, en el ascensor de Zara o de un hospital, por decir un par de ejemplos, creo que no. En el autobús también saludo -al conductor, claro. Pero en el baño de un bar… todo es confusión. Entras y hay alguien ya esperando; ¿saludas? Yo diría que aquí tal vez sí, aunque también podría sólo decir una frase boba como “¿Está ocupado?” o “¿Estás esperando?” Pero ¿Y si hay alguien en el cubículo y tú estás esperando fuera? ¿Qué se le dice cuando sale? ¿Se dice algo? Yo nunca sé qué decir; “Hola” o “Gracias” o qué. Al final acabo mirando a la tía fugazmente mientras le sonrío un instante, bajo la mirada, hago un ininteligible sonido gutural y me escabullo hacia el cubículo recién desalojado. Tal y como.

Estos son sólo dos ejemplos, pero dilemas así se me presentan a menudo. Si yo supiera lo que se espera de mí lo haría, ¡pero es que no-lo-sé! Por eso me apunto al “debería haber una asignatura en el colegio que enseñara…”

9 comentarios:

  1. Nunca hubiera dicho que compartieramos "lado oscuro", jeje. ¿Y que me dices de esos otros casos en que, justo cuando te estás cruzando con alguien a quién no sabías si saludar, y habías decidido que no, escuchas un "hola" al que ya no te da tiempo a responder? Y sigues andando mientras piensas: Jodeeer.. otra vez he quedado como el culo...jaja

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  2. Yo creo que saludar y sonreir siempre, es lo mejor, nunca se queda mal por regalar una sonrisa a la gente, auqnue no se lo merezca...

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  3. Ese dilema lo tengo yo cada jueves, cuando bajo a fumar un pitllo a la puerta de la Escuela. Saludo al portero al llegar y le digo adiós al irme (si no se ha ido él antes). Pero es que bajo diez minutos después de llegar, me fumo el cigarro, vuelvo a subir, y le digo hola tres veces en un cuarto de hora. Se me queda sensación de un poco gilipollas, pero esa me mola más que la que dice Caliope63.
    chiki

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  4. Bueno, yo la verdad es que en la ciudad no se me da mal el saludar, si voy de mal humor no saludo a nadie, si voy feliz... saludo hasta los perros, me da igual saludar a una persona 30 veces, si me la encuentro 30 veces, total que van a pensar? que soy un pesado???... me la pela, pero la cosa cambia cuando voy al campo ha hacerme alguna rutilla y tal..., a ver..., porque la gente saluda a otra gente en el campo si no se conocen de nada? y cuando ves a alguien a lo lejos que se aproxima y estas ahi esperando a ver si te saludan ellos para saludar tu, o saludas tu y quedas de buen rollito.. acaso no puedes callarte seguir la marcha y disfrutar del paisaje..., no es tan complicado..

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  5. Yo creo que un saludo y una sonrisa no cuestan nada, incluso te hacen sentir mejor. Yo saludo al conserje de mi curro cada vez que me bajo a fumar un cigarro, y cuando cojo el ascensor para subir otra vez. En el ascensor, por las mañanas, cuando alguien se baja y dice adiós, voy y digo "hasta luego y buen día"...la gente se queda cortada, pero a mi me la pela también. En cuanto a lo que "se espera de nosotros"...pues no suelo hacer las cosas, ni siquiera los saludos, por lo que se espera de mí, ya bastante estereotipado está el rol de mujer como para encima hacerlo nosotras mismas. Saludo y sonrío casi siempre, a no ser que la persona en cuestión me caiga como el culo, y en ese caso, no suelto ni prenda.

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  6. Y luego están los “superdotados” del saludo. Esos que no solo saludan y preguntan siempre:
    ¿Cómo estás?
    ¿Qué tal el fin de semana?
    ¿Parece que va a llover, eh?
    ...sino que además lo interpretan de tal manera que incluso parece que les importasen las respuestas.
    ¡Asco dan oyes!
    A propósito, ¿Qué tal estás, Laura?

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. otro dilemma: cual es el numero maximo de gente en una casa o un bar o cualquier sitio publico a que ES OBLIGATORIO besar? cual es el limite? porque yo llego a mas de 4 personas y me da una pereza increible darles besos a todos. ni hablamos de una fiesta de cumpleanos, etc. crees que seria suficiente escaquearlos con la escusa de que "lo siento, no beso a nadie, soy guiri"?

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  9. Que conste de que no sé de qué va eso de que "el autor ha eliminado esta entrada", que yo no censuro a nadie, no sé de qué va eso...

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