jueves, 4 de noviembre de 2010

Un encontronazo con la ley 2

En capítulos anteriores: Cuando Laura intenta adquirir en El Rastro parte del disfraz de Halloween con el billete de 50 euros que la familia adoptiva de Yoda le ha dado minutos antes, es acusada por el gitano del puesto de calcetines de intentar colarle un billete falso, y conducida en presencia de la autoridá.

Iba yo caminando en paralelo al gitano, preguntándome qué necesidad había de ir “a la seño”, cuando aquello se podía resolver en el patio sin más: yo le daba su pasta y sus p**** calcetines, y me llevaba el billete para intentar colarlo en algún sitio. Porque yo ya me veía venir que la policía me lo iba a “incautar”, y yo me iba a quedar con dos palmos de narices y un gran agujero en el bolsillo. Pensé en sugerirle al pibe resolverlo todo entre nosotros, pero me di cuenta de que con el cabreo que llevaba, sólo me iba a servir para despertar más sospechas –si es que quedaba alguna dormida a esas alturas- así que me callé la boca y le acompañé al cadalso.

Cuando llegamos donde estaban los munipas, el gitano les dijo todavía muy alterado y muy nervioso, temblándole la mano que asía la prueba del delito: “Señores agentes, miren, que esta señorita acaba de pagarme con este billete, y mi primo le ha pasado el móvil (¿!) y dice que es falso” Y mientras así decía, le tendió el billete a uno de los munipas, que lo tomó entre sus dedos y dijo, sabiéndose él representante de la autoridad:“¡Y tan falso! ¡No hay más que tocarlo!” Y yo flipada, claro. Entonces el munipa se dirigió a mí: “Señorita; o le devuelve ahora mismo su dinero, o resolvemos esto en comisaría; usted decide.” Hombre, pueees... déjeme pensarlo. Imbécil. Total, que le di su pasta al gitano y se piró con mis calcetines. Yo me quedé con los munipas a ver si conseguía recuperar el maldito billete que la autoridá tenía entre los dedos.

-A ver –dije un poco hartita de la situación- a mí lo que no me gusta un pelo es ser tratada de estafadora, cuando aquí la estafada he sido yo.
-Señorita, aquí no se le ha acusado a usted de nada.
-Bueno, pues devuélvame el billete y me voy –dije intentando quitarle los 50 euros al munipa de entre los dedos.
-¡Un momentito! –exclamó la autoridá- Señorita, escúcheme: no voy a consentir que me quite usted el billete de la mano, ¿me ha oído? Yo haré con él lo que estime oportuno. Y ahora sí, puede usted hablar y argumentar su postura.
-De acuerdo –continué sabedora de que mi discurso me podía valer 50 euracos- ese billete me lo ha dado una chica hace un rato, y si yo no se lo puedo llevar y demostrarle que me ha dado un billete falso, me quedo sin cincuenta euros, que comprenderá usted que no me hace mucha gracia.
-Ha empleado usted el único argumento que me podría convencer –dijo poniendo en evidencia que su autoridad no le alcanzaba para quedarse el billete- Aquí tiene usted.

Cuando tuve el “papelito” en mi mano lo miré con atención. Me sorprendía sobremanera que el munipa hubiera notado tan sumamente rápido que era falso, porque a mí me parecía completamente normal al tacto, y tenía la mancha de agua esa que se ve al trasluz, el holograma...

Entonces me acordé de que hacía dos o tres semanas, cuando Cari se encontró el billete de 500 euros en Argumosa, Cristina le había dicho que en hostelería se hace una prueba muy fácil: se frota el billete con un papel, y si destiñe, es bueno. Volví donde estaban los munipas y les expresé mi duda sobre la falsedad del billete, mientras buscaba un kleenex en mi bolso. Entonces el listillo empezó despojarse de sus vestiduras de sapiencia infinita: “Señorita, yo no le digo seguro que el billete no sea bueno...”  -titubeó mientras yo hacía al billete la prueba del algodón. Nuestros seis ojos miraban con atención la operación. Entonces le di la vuelta al kleenex... ¡y apareció manchado! ¡Toma ya!

“No, si yo no le puedo decir seguro que el billete sea falso... -volvió a retractarse- eso donde mejor se lo dicen es en un banco”. Sí claro, a un banco lo iba a llevar yo, como que soy gilipollas. Entonces habló el otro munipa por primera vez: “Pero es que no tiene el hilo ese...” Volví a mirar el billete con atención, y el hilo parecía estar allí. No conforme con verlo, como un Santo Tomás de la numismática, rasqué el billete en el borde para dejar el hilo a la vista, y allí asomó su tímido brillo. ¡Toma y toma! –pensé- Listillos de mierda...

Total; que con mi billete con toda probabilidad auténtico –o al menos  muy “colocable”- tiré calle arriba hasta el puesto de los gitanos:

-Oye, que sólo vengo a decirte en primer lugar, que yo no te intentaba timar, encima de que me haces el favor de cambiarme, no quiero que te creas eso...
-Pero yo no te he acusado de ná, ni te he insultado ni nada.
-Ya, pero me has llevado ante la policía. Y que además el billete...
-¿Te lo han devuelto? Me interrumpió intrigado
-Sí. Pero es que tiene toda la pinta de ser auténtico.
-Bueno, si yo no te he dicho ná, sólo que mi primo...
-Vale, pero yo no intentaba estafarte, que lo sepas.

Y me piré con una sonrisa calle abajo, sabiendo que me acababa de pasar una historia buenísima, y que la tenía que contar en Cotidianas.

Luego en los chinos a los que voy siempre, pagué un ovillo de lana roja con el billetito de marras. La china lo comprobó y quedó satisfecha, y yo... pues ni te digo.

Después me fui a casa a elaborar mi disfraz, que si se me permite un “fast-forward”, acabó luciendo tal que así:


¿Dónde está Wally?

6 comentarios:

  1. jajaja...bordao ta quedao!!Y entre tanta bruja distes la nota.
    El jodio billetito menuda movida te preparó y menos mal que lo recuperastes.
    Me alegro que todo te saliera bien :)

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  2. "Cómo un Santo Tomás de la numismática" Qué grande.

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  3. y no hay epílogo con la foto del móvil??

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  4. Seguro que en tu mente, la idea de hacer ese disfraz parecía más sencilla... xD

    Por cierto, mi móvil también detecta con el mismo resultado si un billete es falso o no. Y creo que el tuyo también debe tener la misma capacidad.... jajajaja

    Un saludo.

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  5. y como coño sabe un móvil que un billete es falso?,
    las nuevas generaciones de móviles
    tienen infrarrojos de esos?
    el mío, no.....
    voy a reclamar mi operador movil, y a la casa fabricante

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  6. Sí Laura, no me imaginaba yo que todo el mundo iba a ir de "emo" :D

    Anónimo 1, muchas gracias. A mí también me gustó...

    ¿Qué foto-epílogo quieres, Davidiego? ¿De los munipas? ¿del gitano?

    Quico, no lo sabes tú bien. Pensé que con comprar la camiseta y el gorro ya estaba hecho, pero no. Bueno así fue más diver.

    Respecto al móvil que detecta billetes falsos... ni idea. A lo mejor lo entendí mal... o_0

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