miércoles, 3 de marzo de 2010

Mi cuaderno nuevo

Ayer salí a recorrer las calles con una misión: encontrar mi nuevo cuaderno. Y no es asunto baladí, porque el último, entre que tiene como unas 150 páginas, y que al escribir ahora en el blog no lo uso tanto, me ha durado nada menos que tres años. Tres años para aprenderme que el próximo cuaderno lo tenía que buscar con tiempo, porque la verdad es que... digamos que no ha sido de mis favoritos. Era rosa.

Hace un par de meses, hacia las navidades, me di cuenta de que debería ir buscando un nuevo cuaderno, porque veía que si llegaba una ocasión que requiriera una catarsis escrita me iba a quedar sin páginas en las que hacer auto-terapia. Así que me lancé a las calles dispuesta a recorrer papelerías en busca del perfecto ejemplar.

Las papelerías son deliciosos lugares en los que perderse; con sus lápices, sus gomas, sus archivadores, sus… ¡de todo! Por eso no me sentí demasiado contrariada cuando me vi en peregrinación, recorriendo una tras otra todas mis papelerías favoritas, encontrándolas rebosantes de agendas para el 2010, pero con una paupérrima oferta de cuadernos; los únicos que había medianamente chulos se te ponían en los 20 euracos, que me parece una exageración. Supongo que complica las cosas el hecho de que mis cuadernos tengan que ser de hojas blancas y “encuadernados”, no de espiral.

El caso es que visto el panorama decidí esperar un tiempo a que se pasara el principio del año, y ayer, aprovechando que soy una bajada y tengo tiempo, volví a intentarlo. Caca; nada más interesante que en la anterior expedición. Así que cuando me ofrecieron en una papelería un cuaderno básico-básico, que cumplía escuetamente los requisitos indispensables, y por poco más de cuatro euros, lo pillé pensando en makearlo.

No tenía ni idea de cómo iba a hacerlo, y pensé que ya se me ocurriría con tiempo. Pero al llegar a casa me puse a recorrer las habitaciones buscando inspiración, y vi sobre el armario la caja de mis botas de montaña. No quise tirarla porque me molaba mucho el fondo de líquenes… ¿Se podría quizás arrancar la capa exterior y sacar un papel con el que forrar mi cuaderno? Una persona cualquiera quizás no; quizás se le rompería… pero yo…

En fin, que con el papel en mano, lo pegué al cuaderno muy prolijamente con cola de empapelar, después lo cubrí con iron-fix transparente, y anoche casi duermo abrazada a él de tan orgullosa como estoy con el resultado.

8 comentarios:

  1. te ha quedado un robusto y precioso cuaderno. Yo antes tenía uno donde recogía sentencias de libros o películas, pero se perdió, y ahora con el blog escribo mucho más que antes, pero todo se pierde en ceros y unos, a ver si un día venzo la pereza y lo imprimo.

    pd: de qué va el libro que estás leyendo?

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  2. Vamos vamos vamos... mejor que si lo hubieras comprado decorao... donde ira a parar.
    Un saludete

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  3. Jo!!, qué guay... otro cuaderno para la hoguera!!... Cómo nos lo vamos a pasar... (juas, juas...)

    *

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  4. Davidiego; yo también pensaba antes en imprimir lo que tengo en el blog, o tenerlo en algún documento todo, pero ¿para qué? ¿Para tenerlo dos veces?

    El libro me lo regaló Cari: es una colección de relaatos de ciclismo escritos por periodistas, algún ex-ciclista... por ahora solo me he leído dos. Uno buah, y el otro me gustó bastante.

    Ahí, ahí Chache: jamás hubiera encontrado uno mejor que el que me he hecho yo con estas manitas.

    Te van a dar mucho por donde yo te diga, cabroncete* :D

    Por cierto, ya veo que sigues insomne, qué putada. Es porque estás emocionado con la llegada de tu churri?? :D

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  5. Hoy la tortuga durmió arropado bajo el ala del águila, sí. Muy plácidamente... y feliz.

    Luego madrugó y se pasó por cotidianas.

    Besos, guapa.

    *...

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  6. Espero que sea fructífera la adquisicón.

    Posdata:

    Se te ha quedado roña del aironfís en la uña. No seas cochina, no uses una esquinita del cuaderno nuevo. que luego se queda ahí todo arrugao.

    Posdata II.

    ¿guardas el monedero debajo del flexo? qué tía mas rara...

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  7. Feroz, así de primeras había leído "se te ha quedado roña del arcoiris en la uña! He pensado que era uno de tus surrealismos, pero luego he leído mejor

    No es un monedero; es un paquetito de post-its de esos de usar de marca-páginas. Es que el flexo vibra, y resulta de lo más irritante, y le metí debajo lo primero que pillé para que no hiciera ese zumbido tan molesto. Que todo hay que contarlo.

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