lunes, 13 de abril de 2009

¡Como una Flecha!

Cuando yo estoy en casa Flecha tiene libre circulación. Mientras está despierta, mucho del tiempo suele perseguirme por toda la casa a ver lo que voy haciendo; si estoy en la cocina ella se queda quieta a mis pies, mirando para arriba a ver si le toca un poco de tortita de arroz, que le encanta. Cuando le doy un trocito, lo coge y sale corriendo debajo del sofá a comérselo. Si abro un armario, ella se mete a olisquear lo que hay dentro. Si voy a hacer pis, ella se sube a la papelera, de ahí se mete en la bañera y espera mirando para arriba; entonces yo dejo correr un poco el agua del grifo y ella bebe. Cuando voy a hacer la cama la subo encima y ella juega a esconderse detrás de las almohadas; saca la cabeza, con la boca muy abierta, y yo hago amago de ir a cogerla, y ella mete la cabeza otra vez. También le encanta que agite el edredón, como para airearlo por encima de ella, y da unos saltos huronianos de alegría graciosísimos. Y cuando se cansa de tanto ajetreo se va al salón, al sofá, y se mete a dormir en su escondrijo –a los hurones les encanta dormir; duermen hasta veinte horas al día.

Estos días que he ido a Santiago Flecha ha estado recluida en su habitación, la pobre. En su habitación tiene su jaula con su comida, su agua y su hamaquita, pero la jaula está siempre abierta, de forma que la mayoría del tiempo pasa de hamaca y duerme en la cama, debajo de un edredón de plumas estupendo, hecha un donuts. Mis padres se quedaron encargados de pasarse por casa para darle agua, comida y un ratito de compañía, pero claro, no es lo mismo una horita pululando por la casa con dos “extraños” que cuando estoy yo, que sale cuando quiere y tenemos nuestras rutinas, y nos conocemos bien.

Cuando volvía de Santiago me preguntaba cómo iba a reaccionar al verme, si iba a estar como siempre o se le iba a notar que me había echado de menos: LOCA estaba; creo que nunca la había visto así. Después de saludarla, y darle besitos y dejarme lamer la mano etc. estaba intentando leer sentada en el suelo delante del sofá y la tía no paraba de morderme, como cuando quiere llamar mi atención -y la jodía busca chicha; no le vale morder encima de los pantalones o de la manga del jersey; va a los tobillos, a las manos…-. Pero es que estaba descontroladísima y mordía mucho más fuerte de lo que suele hacerlo; así que viendo cómo estaba la cosa dejé el libro y me puse a jugar con ella, a perseguirla, y bueno… espídica perdida estaba.

Para muestra, este botón.

(con sonido mejor, para oír los pasos acelerados de Flecha sobre el parqué)

8 comentarios:

  1. jo, Flecha toca la txalaparta, aunque tus vecinos de abajo le deben de tener un poco de asquillo.
    qué bonitos los reencuentros.

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  2. A veces sólo les falta hablar...
    A Hiluna le encanta meterse debajo de las sábanas mientras las aireas. Ella juega a esconderse detras de las puertas y sorprenderte dando un salto cuando te acercas.

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  3. ¡Me encanta Flecha! parece una hurona muy simpática y juguetona y no sé si Hiluna tiene algo de hurón o Flecha tiene algo de gata...

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  4. pues no se... pero me he estado partiendo viendo el video... jajajajaja se sale..

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  5. Sí Davidiego; qué bonitos los reencuentros :) La verdad es que con lo chiquitita que es Flecha no hace apenas ruido, no creo que los vecinos la oigan, pobrecita.

    Misstake; lo que mola de los animales es que nos enseñan que no hace falta hablar para comunicarte. Y cuando aprendes sus juegos, sus costumbres... es que te enamoras de ellos.

    Sislen; yo nunca he tenido gato porque soy alérgica a ellos -aunque me gustan mucho también- pero sí, yo también me he dado cuenta de que los hurones son un poco gatunos -y viceversa.

    ¡Por cierto! Me contó Heather -que ahora tiene una gatita negra preciosa- que le dijeron que si a un gato se acerca hacia tí le sacas el dedo índice y el dedo medio -como si sacaras la uve de victoria- apuntando hacia ellos, se paran en seco. Ella no se lo creía hasta que lo probó y ¡le funcionó! ¡¡Tenéis que probarlo y contarme si funciona con Hiluna tambien!! :)

    Dani, la pena es no haber podido grabarla más, porque fue como quince, veinte minutos así. Flipante. :D

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  6. Hiluna ya se espanta sola ;) aunque si alguna vez estoy perdido en la selva y se me aparece algún enorme lindo gatito lo pondré en práctica.

    Laura, dile a misstake eso de "lo que mola de los animales es que nos enseñan que no hace falta hablar para comunicarse", a qué a Flecha no le dices ¿Qué piensas? (es broma, misstake no lo pregunta)

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  7. Bueno, que no haga falta hablar con Flecha para comunicarnos no quiere decir que no lo haga. Constantemente. Debe de ser que como vivo sola... aunque cuando tengo alguien en casa no dejo de hablarla, y pienso que deben de pensar que estoy un poco boba, hablándole a un hurón, pero creo que es algo de mi instinto maternal, que se escapa por ahí; también las madres hablan a los bebés de meses que no entienden ni papa. Esta es mi justificación. :D

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  8. a los bebés hay que hablarles, con palabras y con gestos, y no parar!

    si no, de quién van a aprender???

    quizás un día Flecha hable.

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