martes, 21 de octubre de 2008

El regateo

Los vendedores marroquíes son unos expertos regateadores; claro, les va en ello el pan. Si el objeto por el que estás regateando –unas babuchas, una tetera, la lamparita, el espejito…-realmente te gusta, no te sirve de nada amagar con irte para conseguir el precio que quieres pagar, porque ellos detectan que sigues interesada; te dejan que te vayas y sigas con tu farsa, sabiendo que si no vuelves un poco más tarde, volverás al día siguiente. Y efectivamente, al día siguiente vuelves y pagas lo que te habían pedido.

Pero cuando de verdad no estás interesada porque el precio que te piden es demasiado alto y/o el objeto no es tan deseado, y te largas convencida y resuelta a quedarte sin ello, al salir por la puerta oyes a tus espaldas “Oye, amiga, ¿Cuánto pagas? ¡70 dirhams!” “No, no, es que no me interesa, de verdad, gracias…” “¡60 dirhams amiga! ¡50!...”

Algo muy parecido pasa a menudo en las relaciones entre hombres y mujeres.

4 comentarios:

  1. Qué bueno ! jajajajaja

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  2. OK..., salvo que cuando no interesa la puja es al alza. A alguno le visto hinchar tanto la oferta que casi explota con ella. :)

    Y cuando interesa... If you want somebody... set them free

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  3. Já! Venía leyendo atentamente lo del marroquí y te largaste con lo de las relaciones entre hombres y mujeres... Qué ocurrencia, Já!
    Saludos

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  4. "Cherry chapstick"... eso suena muy USA!¿no? ;) Sí, de acuerdo con "set them free",luego te hacen alguna pirula, te largas desinteresada, te persiguen... es el ciclo ese taaan cansino!

    Andrés; si te sirve de algo, lo de los marroquíes lo he observado de verdad, no era sólo para darme pie para lo otro :)

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