jueves, 16 de octubre de 2008

Apura la pasta

Llevaba más de un mes sin poner la tele con regularidad. La ponía los domingos para ver “El encantador de perros” y poco más; al acabar el programa que fuera la apagaba. No sé si os pasará a los demás, pero yo paso por fases de ver bastante tele, y luego, por la razón que sea dejo de verla otra vez; supongo que esta última etapa vino dada porque Heather estaba en casa, y como nos liábamos tanto a hablar nos sobraba otra voz a la que atender.

El caso es que Heather ya se ha ido, y aunque sigo con la inercia de no poner la tele, algo más sí que la veo. Y después de cinco minutos de telediario es imposible ignorarlo; estamos en crisis.

El otro día entrevistaban a un tipo por la calle que decía que con eso de la crisis se veía obligado a tomar medidas de “emergencia”, como aprovechar hasta la última gota del champú echando un poquito de agua al bote al final, apurar la pasta de dientes hasta la última dosis… Yo de verdad que no lo entiendo; ¿Y antes de la crisis qué? ¿tirabas el “culín” del champú o del dentífrico cuando comprabas el nuevo? No sé, será porque siempre he sido cutre –y a mucha honra- pero yo hago esas cosas siempre, no sólo en crisis:

-Echo una gotita de agua en el rimel y el eye liner cuando veo que empiezan a espesar.
-Parto en dos las toallitas desmaquillantes; con la mitad me sobra y… ¡voilá! ¡Me duran el doble!
-Corto el bote de crema hidratante cuando está en las últimas para poder “rebañarlo” bien.
-No tiro de la cadena cada vez que hago pis.
-Entre las amigas hacemos “mercadillos de ropa de segunda mano”, y así adquirimos ropa “nueva” gratis y nos deshacemos de la que ya no nos ponemos.
-Uso el agua de lavar las verduras para regar. -Bueno, la verdad es que con el agua tengo miles de medidas anti-derroche.
-En invierno ando por casa con jersey gordo y pongo la calefacción solo cuando hace menos de dieciseis, diecisiete grados.

Y un muy largo etcétera.

El problema es que estas acciones sean para algunos medidas “anti-crisis”; que el ahorro nos parezca cutre, y un síntoma de abundancia –o peor; de "normalidad"- el despilfarro. A ver si la crisis sirve al menos para que la gente se aprenda que no necesitamos consumir tanto; seguro que el planeta nos lo agradece.

2 comentarios:

  1. MONICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

    ResponderEliminar
  2. ¿Y tú quién eres, gilipollas? :D Un/a tocahuevos que se ha confundido de entrada; que esta es la de "cutre", no la de Mónica!!

    ResponderEliminar