Varias veces me ha pasado ir por el barrio y cruzarme con una cara conocida que me ha dejado unos instantes pensando “¿Y este quién es que me suena tanto?... ¿Es alguien famoso?...” Y al cabo de unos pasos… “¡Ah no, coño, si es el camarero del Peyma! Claro, fuera de contexto…” Y es que los camareros, los tenderos, incluso los médicos de un barrio tienen una indudable popularidad; van andando por sus calles y la gente les reconoce y les saluda. Como en la canción de “Viva la gente”: …al lechero, al cartero, al policía saludé…
Pero hay a menudo personas que se han constituido personajes del barrio sin que te una a ellos mayor vínculo que el propio barrio; sus calles, sus bares, sus parques… digamos que compartís ecosistema. Además de eso, por supuesto, suelen tener algo que los hace de alguna forma diferentes y les da ese protagonismo. Cuando ya llevas unos años habitando un barrio, empiezas a reconocer a sus personajes; hay algunos con popularidad de amplio alcance, y hay otros muchos de alcance más modesto, que sólo llegan a detectar los habitantes de una área reducida, o la gente que lleva ya mucho tiempo viviendo en el barrio.
Ti***o La C*lma -a la izquierda en la foto- es sin duda un personaje de Lavapiés de amplio alcance. Es un cubano de unos 50 años que suele parar por la plaza de Cabestreros, a menudo con una guitarra en ristre. Yo he deducido por las informaciones que me han ido llegando a través de los años, que es como “El padrino” de Lavapiés, aunque él prefiere promocionarse como “poeta/canta-autor protesta” o algo así. Para ello de vez en cuando pega carteles fotocopiados con su estampa por las paredes del barrio –o manda ponerlos a sus secuaces- anunciando alguna actividad pseudo-artística.
También era muy popular “La Señora María”; una señora muy mayor que recorría encorvada las terrazas de la calle Argumosa de arriba a abajo, con un manojo de collares en una mano y una bolsa con bisutería en la otra, gritando con voz cascada “¡Veinte duritos! ¡veinte duritos!” Con el tiempo pasó al “¡Un eurito!”, y luego, hace como tres veranos desapareció. Yo siempre intentaba comprarle algo, porque aunque parecía un poco malhumorada no le importaba pasarse un rato esperando hasta que elegías tu “tesoro”. Además se rumoreaba que mantenía a un yonqui del barrio con lo que se sacaba de vender la bisutería que le regalaban en las tiendas al por mayor de la calle Mesón de Paredes. Tras su desaparición fue “sustituida” por una chica que vende pendientes hechos por ella misma, expuestos en uno de esos “maletines” de madera. La chica resulta bastante agradable porque no insiste ni da la brasa y siempre se dirige a todo el mundo con una sonrisa, pero sólo le he comprado una vez, porque los pendientes cuestan dos o tres euros, y además no son mi estilo.
Como último ejemplo de personaje de amplio alcance está “El Tau*i”; tan amplio que Lucía Etxebarría, vecina del barrio, lo toma como evidente inspiración para uno de los protagonistas de su novela “Cosmofobia” que se desarrolla en Lavapiés. Este tipo es un negro delgado, no muy alto, atractivo, como de cuarenta y tantos, que por lo visto es propietario del “Café de las velitas” -desconozco su nombre real- por los alrededores de Argumosa. El tío va de guay, de “buen-ro”, de alternativo. Viste tanto túnicas, como le puede dar un día por llevar un mono azul con las mangas cortadas, manchado de pintura, como diciendo “es que soy un artista”. Por lo que he oído de diversas fuentes no es muy de fiar.
Los que conozcáis bien el barrio, muy probablemente conoceréis también a estos personajes, pero ¿conoceréis a los de popularidad de bajo alcance? Tendréis ocasión de averiguarlo… ¡porque esto no se acaba aquí!
Y los que no seáis del barrio, incluso ni siquiera de Madrid, seguro que os resulta interesante descubrir los mecanismos por los que alguien se puede constituir personaje su propio barrio… ¡tal vez incluso tú puedas ser uno!
Nos vemos pues, en el siguiente capítulo de… ¡Personajes... del barrio!
Pero hay a menudo personas que se han constituido personajes del barrio sin que te una a ellos mayor vínculo que el propio barrio; sus calles, sus bares, sus parques… digamos que compartís ecosistema. Además de eso, por supuesto, suelen tener algo que los hace de alguna forma diferentes y les da ese protagonismo. Cuando ya llevas unos años habitando un barrio, empiezas a reconocer a sus personajes; hay algunos con popularidad de amplio alcance, y hay otros muchos de alcance más modesto, que sólo llegan a detectar los habitantes de una área reducida, o la gente que lleva ya mucho tiempo viviendo en el barrio.
Ti***o La C*lma -a la izquierda en la foto- es sin duda un personaje de Lavapiés de amplio alcance. Es un cubano de unos 50 años que suele parar por la plaza de Cabestreros, a menudo con una guitarra en ristre. Yo he deducido por las informaciones que me han ido llegando a través de los años, que es como “El padrino” de Lavapiés, aunque él prefiere promocionarse como “poeta/canta-autor protesta” o algo así. Para ello de vez en cuando pega carteles fotocopiados con su estampa por las paredes del barrio –o manda ponerlos a sus secuaces- anunciando alguna actividad pseudo-artística.
También era muy popular “La Señora María”; una señora muy mayor que recorría encorvada las terrazas de la calle Argumosa de arriba a abajo, con un manojo de collares en una mano y una bolsa con bisutería en la otra, gritando con voz cascada “¡Veinte duritos! ¡veinte duritos!” Con el tiempo pasó al “¡Un eurito!”, y luego, hace como tres veranos desapareció. Yo siempre intentaba comprarle algo, porque aunque parecía un poco malhumorada no le importaba pasarse un rato esperando hasta que elegías tu “tesoro”. Además se rumoreaba que mantenía a un yonqui del barrio con lo que se sacaba de vender la bisutería que le regalaban en las tiendas al por mayor de la calle Mesón de Paredes. Tras su desaparición fue “sustituida” por una chica que vende pendientes hechos por ella misma, expuestos en uno de esos “maletines” de madera. La chica resulta bastante agradable porque no insiste ni da la brasa y siempre se dirige a todo el mundo con una sonrisa, pero sólo le he comprado una vez, porque los pendientes cuestan dos o tres euros, y además no son mi estilo.
Como último ejemplo de personaje de amplio alcance está “El Tau*i”; tan amplio que Lucía Etxebarría, vecina del barrio, lo toma como evidente inspiración para uno de los protagonistas de su novela “Cosmofobia” que se desarrolla en Lavapiés. Este tipo es un negro delgado, no muy alto, atractivo, como de cuarenta y tantos, que por lo visto es propietario del “Café de las velitas” -desconozco su nombre real- por los alrededores de Argumosa. El tío va de guay, de “buen-ro”, de alternativo. Viste tanto túnicas, como le puede dar un día por llevar un mono azul con las mangas cortadas, manchado de pintura, como diciendo “es que soy un artista”. Por lo que he oído de diversas fuentes no es muy de fiar.
Los que conozcáis bien el barrio, muy probablemente conoceréis también a estos personajes, pero ¿conoceréis a los de popularidad de bajo alcance? Tendréis ocasión de averiguarlo… ¡porque esto no se acaba aquí!
Y los que no seáis del barrio, incluso ni siquiera de Madrid, seguro que os resulta interesante descubrir los mecanismos por los que alguien se puede constituir personaje su propio barrio… ¡tal vez incluso tú puedas ser uno!
Nos vemos pues, en el siguiente capítulo de… ¡Personajes... del barrio!
La verdad es que tu barrio sí que da para gente curiosa. La serie promete. ¿Has vivido en otros barrios tiempo suficiente como para catalogar su fauna? (Quizás comparados con Lavapies sea como hablar de gorriones y palomas viviendo en Masai Mara) Ya nos contarás...
ResponderEliminarAnonimó... ahora que he pillado tu acento has dejado de ser anónimo! :) He vivido en otros barrios, pero es que aquí hay de tó! A ver cómo va saliendo esa serie...
ResponderEliminarPues si, la gente dentro de los barrios se hace famosa, es mas, el año pasado que estuve viviendo en Murcia habia un vagabundo en la calle y siempre estaba ahi, todo el mundo lo conocia, le saludaban, etc... Un dia por culpa de una cirrosis el hombre murió, esto hizo que la gente de la zona se sintiera apenada y un grupo de graffiteros se hizo una pieza gigante con la cara de este vagabundo, todo una joya.
ResponderEliminar"No es mas grande el que mas ocupa, sino el que mas hueco deja cuando se va..."
La frase final m'a gustao :o Y Danny, ya que tienes nuevo barrio a ver qué reputación te labras para alcanzar la barrio-fama... Puedes ser el chico atlético de la bici, el gay... jajaja... todo un mundo de posibilidades!
ResponderEliminar1, tetracycline online,
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