Hoy en una conversación con Pacopepe ha salido el concepto "ropa de entretiempo", y creo que por primera vez he sido consciente de lo peculiar que es. Ropa de entretiempo; por ejemplo esa blusa ligerita de colores ya primaverales pero aún de manga larga, esa chaquetilla ideal para temperaturas de veinte, veintipocos grados… Y la verdad, aunque da gusto haberse deshecho de los abrigos y de los jerseys, yo personalmente ya estoy impaciente por dejar atrás definitivamente la ropa de entrtiempo, y liberarme de los calcetines y pasarme a las chanclas, al pantalón corto, a los tirantes…
En estos días de transición conviven en mi armario desordenadamente los sobrios colores de mi ropa de invierno con algunas prendas de verano que van poco a poco llenando de colores las perchas… y aunque estoy más que deseando ver finalizado el proceso, me da una tremenda pereza ver aproximarse el momento inevitable de “el cambio de armario”.
Los guiris se parten de nosotros los españoles con lo del “cambio de armario”; les resulta muy extraño que por estas fechas sean habituales entre la gente comentarios tipo “Es que aún no he sacado la ropa de verano”, “Ayer estuve guardando la ropa de invierno” o “Tengo un lío de armario… a ver si este fin de semana lo organizo” Claro, en Inglaterra –por poner un ejemplo- no tiene ningún sentido, porque los días de diez grados en pleno agosto son más que habituales, así que nunca dejan de necesitar tener los abrigos a mano. Los pobres.
Pero los rituales de cambio de temporada en España no se limitan al cambio de armario; también recogemos las alfombras cuando llega el calor, bien enrolladitas, con sus bolas de naftalina si son de lana, y entonces da gusto ver el suelo despejado y fresquito. Cuando llega el frío y volvemos a sacarlas, la casa se siente acogedora, preparada para refugiarnos. Algo parecido pasa con los edredones y las mantas.
Cambiamos las cortinas para poner otras de colores más alegres, cambiamos la funda de los cojines -peludita y calentita para el invierno y fresca, de algodón para el verano- cambiamos los cuadros de la cabecera de la cama; de motivos sobrios y cálidos pasamos a otros más coloridos y vivos…
Mhmmm… ha llegado un punto en el que los españoles que estáis leyendo esto habéis dejado de estar de acuerdo, ¿no?
Pues va a ser que es otra de mis manías, entonces.
Pero los rituales de cambio de temporada en España no se limitan al cambio de armario; también recogemos las alfombras cuando llega el calor, bien enrolladitas, con sus bolas de naftalina si son de lana, y entonces da gusto ver el suelo despejado y fresquito. Cuando llega el frío y volvemos a sacarlas, la casa se siente acogedora, preparada para refugiarnos. Algo parecido pasa con los edredones y las mantas.
Cambiamos las cortinas para poner otras de colores más alegres, cambiamos la funda de los cojines -peludita y calentita para el invierno y fresca, de algodón para el verano- cambiamos los cuadros de la cabecera de la cama; de motivos sobrios y cálidos pasamos a otros más coloridos y vivos…
Mhmmm… ha llegado un punto en el que los españoles que estáis leyendo esto habéis dejado de estar de acuerdo, ¿no?
Pues va a ser que es otra de mis manías, entonces.
Odio esto del entrtiempo... a ver, dejenme claro con que tengo que salir de casa. O me tuesto de calor o me muero de frio... asi no hay quien se aclare.
ResponderEliminarUn saludete
comparto contigo tu visión, aunque cada vez me pongo más camisetas en invierno (me encanta una buena cazadora e ir en camiseta debajo), aunque los pantalones cortos los tengo guardados.
ResponderEliminarEn la casa del pueblo, los tabiques de adobe hacen que necesite edredones y mantas, aunque en la ciudad tras tres noches de calor los retire momentaneamente, las alfombras se quedan todo el año, que me gusta pisarlas descalzo, pero lo de cambiar las cortinas ya es el novamás del cambio de armario.
Si aquel día no hubiera hecho tormenta en la costa de la pérfida Albión, quizás los ingleses disfrutarían del tiempo español...
Hace un ratito he quitado la manta de la cama, pero por fortuna con cambiar un par de cajones, y organizar zapatos y sandalias, estoy lista para el calorcito!!
ResponderEliminarEl resto de la casa no cambia su armario, lo tuyo es una metamorfosis completa!!
pues yo soy gran defensor del entretiempo, me parece la teporada perfecta para hacer rutas con la bici, para escalar, para irse a patear por la sierra... luego viene el calor y para hacer todas estas cosas es un tanto horrible...
ResponderEliminary respecto al armario.... jajajaja sigue igual solo ke hay cosas ke no me pongo y listo... jejejejejeje
no he empezado todavía y parece que ya se acaba el dichoso entretiempo aunque por aquí puede durar todo el verano si se pone tonto... ay qué pereza...
ResponderEliminaraún no he guardado la manta, la echo de menos, su peso, su calorcito.. hummmm
ResponderEliminarPues yo lo más parecido a eso del cambio de temporada es cuando en Septiembre/Octubre ya puedo ponerme la chupa de cuero otra vez.
ResponderEliminarPara poder disfrutar de mi chupa durante todo el año me compré una moto. Y es que en moto siempre está permitido in “encuerao”, que no en cueros (una pena).
Y si no te gustan las motos, siempre te puedes ir a vivir a Oxfordshire por ejemplo.
Chache, lo malo del entre-tiempo es que tienes que llevar algo "por si acaso" y acabas cargando con ello casi todo el tiempo. Hasta que un día no lo coges, y pasas frío!
ResponderEliminarDavidiego, ¿¿de dónde sale ese "terceto" -o lo que sea- de la pérfida Albión??
Estoy de acuerdo contigo; al principio te sientes "desangelado" sin el peso del edredón, pero mola cuando llega el tiempo de dormir en bolas, y sin sábana. ;)
Misstake, tú debes de tener un armario grande y te cabe todo, no? La verdad es que aunque me quejo del "cambio", si puedo hacerlo poquito a poco, no me importa demasiado, y me da muy buen rollo ver el resultado (en la casa y en el armario)
Dani; el problema del entre-tiempo es el desconcierto respecto a qué ponerte, más que nada. Pero tienes razón en que es mejor 25 grados de que los 35 pa'rriba del verano.
Los tíos no hacéis tanto cambio de armario como nosotras, es verdad, porque en general seguís poniéndoos vaqueros y
camisetas todo el año, solo que añadís capas.
Sislen, creo que aún nos queda entre-tiempo para un ratillo -al menos en Madrid- así que podemos ir haciendo el cambio gradualmente... aunque no sé qué es peor! :)
Y para el macarra de la chupa de cuero, qué mañana más buena la del sábado. Y tomé nota de un par de cosas que me dijiste -para una vez que opinas, con lo impasible que eres, conviene escucharte... :D
el terceto o lo que sea salió de mi cabecita castellana.
ResponderEliminarte gustó?
fíjate lo que hubiera cambiado la historia si ese día hubiera salido el sol...
No os quejéis tanto con el entretiempo, por que aquí el clima está loco todo el año. En mi pueblo, Rodrigo City,o en Salamanca en invierno hace frío y punto. Pero y en Cáceres??? puedes estar tomando un bocadillo a la hora de comer en manga corta, al solecito, en pleno enero y a las 8 de la tarde con las orejas rojas de frío y abrigado hasta los carcañales. Algo digno de un Expediente X: en pleno julio, en Alburquerque (no Nuevo México sino Badajoz), en un festival de música, rodeados de encinas y pastos resecos, tapados to' la tarde con las toallas en la piscina del frío que teníamos. (Atalanta y mi hermana corroborarán este hecho paranormal si dudadis).
ResponderEliminarPor cierto, me ha gustado el post.