Hace ya casi dos meses que recogí
aquel primer guante, emprendiendo así mi fascinante investigación; ¿Cuántos guantes podría encontrar tirados en la calle, extraviados por su atolondrado propietario, a lo largo de la temporada otoño-invierno?
Muchas fueron las incógnitas relacionadas que me surgieron en su momento, y que desde entonces van resolviéndose. Aunque mi proyecto aún está a medio camino, os dejo con las respuestas con que cuento a día de hoy:
¿Qué colores me encontraré? ¿Serán negros en su mayoría?
En una gran proporción, los guantes hallados hasta ahora han sido efectivamente negros; de dieciocho en total, la mitad lo son. Tres azul marino, tres grises, dos marrones y uno -el primero- aguamarina.
¿De qué materiales? ¿Alguno de cuero, por ejemplo?
De hecho sí, ha habido tres guantes de cuero, y uno mitad cuero y mitad punto. Tres de forro polar, uno de un material indefinible (¿isotoner?) y el resto –diez y medio, digamos- de punto.
¿Encontraré alguno de niño pequeño?
Por el momento no; parece que las mamás están pendientes de sus retoños a tope -¡seguid así, campeonas!
¿Alguna manopla, quizás?
Nop
¿Algún mitón?
Tampoco –por ahora.
¿Serán mayoritariamente guantes derechos o izquierdos?
Ahí el tema no podía estar más igualado –literalmente; Ocho derechos, ocho izquierdos, y dos ambidiestros.
¿Encontraré tal vez dos guantes solitarios que puedan formar una pareja funcional?
A pesar de que hasta ahora no he encontrado dos guantes que haya podido a posteriori emparejar satisfactoriamente, sí que he encontrado tres pares que se habían extraviado juntos. ¡Uno de ellos de Tommy Hilfiger! (se venden).
Como anécdota de estos primeros meses, permitidme compartir con vosotros el sentimiento de culpa que en un par de ocasiones me he llevado junto con el guante recogido, ya que un alma filantrópica lo había depositado cuidadosamente en un lugar visible para facilitar que su dueño lo recuperara de pasar de nuevo por allí, y me lo llevé yo. En ambas ocasiones eran, además, guantes bastante chulos... pero qué iba a hacer, me debo a mi proyecto... no supe resistirme.
A los hermanos gemelos de estos guantes, separados ya para siempre de su especular imagen, pido mis más sinceras disculpas por ser yo quien en última instancia imposibilitó el feliz reencuentro; espero que ellos y sus progenitores sepan comprender y perdonar.